La incansable multiplicación del número de núcleos por chip llevará a la cantidad de procesadores de las nuevas generaciones de servidores a niveles muy por encima de lo que el software puede aprovechar, según la opinión de la consultora Gartner. Los sistemas operativos, el middleware, las herramientas de virtualización y las aplicaciones se verán afectados, enfrentando a las empresas con difíciles decisiones y migraciones apuradas a nuevas versiones como consecuencia de esta evolución.
“Al ver las especificaciones de estos productos de software, es claro que muchos enfrentarán el desafío de soportar las configuraciones de hardware posibles hoy en día y aquellas que se acelerarán en el futuro”, dijo Carl Claunch, vicepresidente y analista distinguido de Gartner. “El impacto es semejante a poner un motor de Ferrari en un karting. La potencia puede estar allí, pero las discrepancias de diseño limitan severamente la capacidad de explotarla”.
En promedio, el número de núcleos de procesamiento por chip se duplica en cada nueva generación, aproximadamente cada dos años. Cada generación de microprocesadores, con su cuenta de núcleos duplicada a través de más núcleos y más threads por núcleo, arroja el doble de procesadores con el mismo número de sockets. Un servidor de alto rango con 32 sockets y ocho núcleos por chip totaliza actualmente 256 núcleos. Dentro de dos años, con 16 núcleos por socket disponibles en el mercado, la máquina pasará a tener 512 núcleos en total. Y de acá a 4 años, pasará a tener 1024 unidades de procesamiento.
Gartner opina que las organizaciones necesitan atender la cuestión, dado que hay límites reales en cuanto a la capacidad del software para hacer uso de todos esos procesadores.
“La mayoría del software de virtualización actual no puede usar todos los 64 procesadores, y mucho menos los 1024 núcleos de un equipo de alto rango”, señala Claunch. “El software de base de datos, el middleware y las aplicaciones tienen sus propios límites en cuanto a la escalabilidad. Hay un riesgo real de que las organizaciones no puedan usar todos los procesadores que poseerán en cuestión de unos pocos años”.
Claunch indica que el software que corre en los servidores de hoy en día posee limitaciones “duras” y “blandas” en cuanto al número de procesadores que puede manejar. Las limitaciones duras habitualmente están documentadas por el desarrollador del producto, y por lo tanto son fáciles de descubrir. Están determinadas por detalles de implementación dentro del software que le impide manejar más procesadores. En este sentido, un sistema operativo puede usar un campo de ocho bits para administrar el número de procesador, lo cual determina un límite duro de 256 procesadores. Los límites blandos, sin embargo, son descubiertos a partir de casos reales y comunicados de boca en boca. Están causados por las características de diseño del software, lo cual puede brindar una pobre performance incremental o, en muchos casos, presentar una reducción en el trabajo útil de los procesadores a medida que se agregan más núcleos.
Habitualmente el límite blando se detecta por debajo del límite duro, lo que significa que las sobrecargas de trabajo e ineficiencias producen un valor seriamente disminuido para equipos con grandes cantidades de procesadores, a pesar de encontrarse esas cantidades dentro de la configuración soportada oficialmente por el software.
“Mientras que los límites duros son fácilmente detectables, los límites blandos en el número de procesadores que el software puede manejar sólo se aprenden en base a prueba y error, creando desafíos para los administradores de IT. El resultado final llevará a migraciones apuradas a nuevos sistemas operativos en la carrera para lograr que el software esté a la altura del poder de procesamiento disponible en los servidores del mañana” concluye el analista de Gartner.
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Monday, May 4, 2009
Tuesday, November 11, 2008
¿Hay que temer a Google?

Este escrutinio va más allá de la mirada escéptica que legisladores y la Secretaría de Justicia de los EEUU le han dado a la propuesta sociedad publicitaria entre Google y Yahoo! Muchas objeciones al tema son de carácter financiero y tratan de si ambas empresas pueden elevar injustamente los precios de la publicidad en línea.
Al largo plazo, sin embargo, las preocupaciones sobre Google podrían centrarse en algo más etéreo: la privacidad. Google penetra cada vez más en distintas áreas de la informática a nivel cotidiano y sus anuncios de nuevos productos provocan dudas sobre su capacidad de reunir información delicada sobre sus usuarios.
¿Cuáles son las razones por las que Google guarda los detalles de las búsquedas durante tanto tiempo? ¿Qué es lo que hace con la información? ¿Acaso combina la información de su motor de búsqueda con la que recibe de otras fuentes, como un nuevo navegador de internet, Chrome?
Las informaciones reunidas por la mayor parte de los servicios de la empresa "desaparecen en un agujero negro una vez que cae en el Googleplex", dijo Simon Davies, director de la empresa en Londres Privacy International, refiriéndose a la sede de Google. "Es imposible seguir esa información", agregó.
Google, cuyo lema corporativo es "no seas malo", considera que esas preocupaciones carecen de bases. Por ejemplo, dice que conserva las búsquedas realizadas con la finalidad de mejorar su servicio.
Pero independientemente de si las críticas son válidas o no, son una muestra de las batallas que enfrentará Google de forma similar a las libradas por Microsoft en la década de 1990, al pasar de una empresa nueva al corazón del sector tecnológico.
La presentación de Chrome en septiembre sugirió los conflictos por venir.
Para Google, el nuevo navegador es una plataforma para que los programas basados en internet puedan funcionar con mayor eficiencia. Esto señala también que Google está cada vez más consciente de su creciente poder, dado que lanzar un navegador presenta un reto directo a Microsoft.
Pero en otros sectores, Chrome generó sospechas. Un grupo de Santa Mónica, Consumer Watchdog, afirma que el navegador ha cruzado otra frontera.
En una misiva enviada a mediados de octubre a la directiva de Google, Consumer Watchdog dijo tener "graves preocupaciones en materia de seguridad" en torno al buscador y la transferencia de informaciones de los usuarios por medio de los servicios de Google, sin proporcionarle a la gente "la transparencia y controles apropiados".
Al largo plazo, sin embargo, las preocupaciones sobre Google podrían centrarse en algo más etéreo: la privacidad. Google penetra cada vez más en distintas áreas de la informática a nivel cotidiano y sus anuncios de nuevos productos provocan dudas sobre su capacidad de reunir información delicada sobre sus usuarios.
¿Cuáles son las razones por las que Google guarda los detalles de las búsquedas durante tanto tiempo? ¿Qué es lo que hace con la información? ¿Acaso combina la información de su motor de búsqueda con la que recibe de otras fuentes, como un nuevo navegador de internet, Chrome?
Las informaciones reunidas por la mayor parte de los servicios de la empresa "desaparecen en un agujero negro una vez que cae en el Googleplex", dijo Simon Davies, director de la empresa en Londres Privacy International, refiriéndose a la sede de Google. "Es imposible seguir esa información", agregó.
Google, cuyo lema corporativo es "no seas malo", considera que esas preocupaciones carecen de bases. Por ejemplo, dice que conserva las búsquedas realizadas con la finalidad de mejorar su servicio.
Pero independientemente de si las críticas son válidas o no, son una muestra de las batallas que enfrentará Google de forma similar a las libradas por Microsoft en la década de 1990, al pasar de una empresa nueva al corazón del sector tecnológico.
La presentación de Chrome en septiembre sugirió los conflictos por venir.
Para Google, el nuevo navegador es una plataforma para que los programas basados en internet puedan funcionar con mayor eficiencia. Esto señala también que Google está cada vez más consciente de su creciente poder, dado que lanzar un navegador presenta un reto directo a Microsoft.
Pero en otros sectores, Chrome generó sospechas. Un grupo de Santa Mónica, Consumer Watchdog, afirma que el navegador ha cruzado otra frontera.
En una misiva enviada a mediados de octubre a la directiva de Google, Consumer Watchdog dijo tener "graves preocupaciones en materia de seguridad" en torno al buscador y la transferencia de informaciones de los usuarios por medio de los servicios de Google, sin proporcionarle a la gente "la transparencia y controles apropiados".
Fuente: AP
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