El promotor de la idea explica que dos veces por semana se imprimen los mensajes y se colocan en los espacios que aún quedan en las viejas piedras del Kotel. Hay un detalle
Sólo tienen que enviar un mensaje de texto a la red social Twitter y pocos días después estará en el Muro de las Lamentaciones.
El único detalle es que el escrito no deberá superar los 140 caracteres, según publica hoy el portal español El Mundo.
"Yo no soy religioso pero vi la fuerza y el impacto de Twitter y pensé qué podía hacer con eso. Este proyecto de llevar el mensaje al Muro de las Lamentaciones es más bien cultural, respetando las tradiciones judías", explica el promotor de la idea, Alon Nir, al diario Haaretz.
La privacidad de los mensajes es tan sagrada como su destino. Alon explica, sin embargo, que a través de Twitter hay dos formas de enviar el deseo.
Públicamente (la espectacular masa de usuarios tiene acceso y puede leerlo) y de forma más intima, inaccesible al resto de vecinos de la comunidad.
El promotor, un joven de Tel Aviv, explica que dos veces por semana se imprimen todos los mensajes y se colocan en los pequeños espacios que aún quedan entre las viejas piedras del Kotel.
El hecho de que haya una limitación de 140 caracteres ayuda en un lugar con apenas espacios libres y donde la demanda es mayor que la oferta.
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